Por Juan Al. Suástegui
¿Qué buscamos con mayor ahínco en esta vida?
¿Qué es aquello por lo que abrimos los ojos cada mañana?
¿Qué es por lo que vivimos?
Existimos para cumplir un proposito,
la vida se nos va en buscarlo,
nos quebramos la cabeza buscando respuesta
al por que de nuestra estadía sobre esta tierra.
Hacemos, decimos, sentimos...
Inumerables acciones que desempeñamos día con día
buscandole significado a nuestra alma inquieta,
la duda es por si misma intranquilizadora.
¿Amor? ¿Odio? ¿Alegría? ¿Tristeza?...
Estimulos hay de varios colores y formas,
algunos para el progreso y otros para el retroceso,
la busqueda sigue y no para hasta el final de nuestros días.
La importancia que le damos a los demas es simple capricho,
un sentir egoísta en el que lo unico que importa es el bienestar propio,
al fin y al cabo, cada quien vive para si mismo,
y no por los demas.
Vendemos el corazón por felicidad y termina en robo,
eso es ser humano... sufrir en la oscuridad fría e impasible,
para reencontrarnos con nuevos brios y regresar el golpe
el doble de fuerte y profundo.
Al final volteamos y damos cuenta que la senda que pasamos
es camino en singular, cuya estrechez solo es valida
para uno y su propia sombra.
Nos asombra que lo que nos lleva adonde estamos
sean nuestros propios pies...
Descansamos un poco,
alzamos la vista a la luna y a las estrellas,
y continuamos andando
en compañia de la soledad....
