Por Juan Al. Suástegui
Se vive con la esperanza hilada al infinito,
hacia algo tan intelegible que solo ve el que quiere verlo.
Se añora lo vivido y se reza por que nunca se termine.
Seguimos el ir y devenir de nuestras emociones
y cuando nos ven ya estamos dentro de nuestra buburja traslucida.
El mejor tiempo es el pasado,
las cosas más buenas y malas se encuentra en el
del presente solamente las llevamos al paso
y del futuro las soñamos en mejoria...
Pero llega el punto en que se incha y revienta nuestra pompa de jabón,
toda la ilusión se precipita al suela,
tratamos de recojer los pedazos pero imposible es tomarlos,
volvemos al presente, vivimos la cruda realidad
lloramos, gritamos y descansamos,
para despues empezar de vuelta el ciclo,
para, de nuevo, recordar y soñar...
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